Desde hace meses los trabajadores de Cresta Roja vienen
librando una dura batalla en defensa de sus puestos de trabajo y por el pago en
tiempo y forma de sus quincenas.
Gracias a la lucha impidieron la cesantía de miles de
compañeros pertenecientes a las dos plantas -Ezeiza y Monte Grande-, los
molinos, las granjas e incubadoras.
Esta pelea tuvo distintas instancias que se sostuvieron debido
a la disposición de las bases, que impusieron la unidad de los dos
establecimientos a través de asambleas multitudinarias y un incipiente proceso
de coordinación con los trabajadores del “campo”.
En ese contexto, en la planta 2 se consiguió un histórico
plebiscito mediante el cual se destituyó al cuerpo de delegados traidor, la
convocatoria a elecciones y la elección de una nueva comisión interna.
Todo el país fue testigo de las movilizaciones a la capital,
los cortes de ruta en la autopista y las vías, las movilizaciones a las
intendencias, la marcha a Plaza de Mayo, el acampe frente al peaje del
Aeropuerto y el enfrentamiento cuerpo a cuerpo con las tropas de la gendarmería
de Macri.
Todas estas acciones no fueron en vano, ya que obligaron al
gobierno a expresar públicamente el compromiso de mantener la continuidad de la
empresa y los puestos de trabajo, luego de la quiebra decretada por la jueza
Pérez Casado.
¡Sin embargo, aún no se ha firmado nada! No hay un acta que diga
textualmente que se respetará lo prometido verbalmente luego de que se hagan
cargo los nuevos dueños.
Es más, ya corren noticias en varios medios en donde se dice
que “tendrá prioridad para la compra el grupo empresario que se haga cargo de la
mayor cantidad de personal…” dando a entender que una de las condiciones para
la venta serán los despidos.
Tampoco existe ningún compromiso por parte de gobierno en el
sentido de abonar las quincenas y el aguinaldo adeudado y, mucho menos, de
mantener en funcionamiento de la empresa –estatizándola- si es que nadie la
quiere o puede comprar.
El ministro de trabajo Triaca, solamente intercedió para garantizar
el pago en el mes de enero de $6000 del denominado Repro, que en diciembre fue
de $4000, además de un bolsón de alimentos por operario para las fiestas de fin
de año.
La única garantía de ganar
es seguir organizados y en pie de lucha
Los trabajadores de Cresta Roja están enfrentando una triple
alianza, conformada por la patronal que los dejó en banda; el gobierno que los
reprime y no da respuestas de fondo; y los dirigentes sindicales del gremio,
que les han dado las espaldas.
Cuando aparezcan los compradores -si es que así sucede-
tendrán por delante otro problema, ya que los nuevos dueños intentarán despedir
a la mayor cantidad de obreros posible, flexibilizar y bajarles los sueldos a
los que “tengan la suerte de seguir laburando”.
Para derrotar a todos estos enemigos no alcanzará con la
fuerza y voluntad de los empleados de Cresta Roja, sino que habrá que
involucrar a buena parte de los trabajadores y el pueblo del país, que deben
asumir que ¡Si gana Cresta Roja, ganarán todos los que luchan contra el ajuste
gubernamental y la prepotencia patronal!
En ese sentido, también habrá que exigirles e imponerle al
Sindicato de la Alimentación y a la Federación Nacional un verdadero Plan de
Lucha que afecte los intereses de las grandes empresas alimenticias.
Sin embargo el gran “secreto” de esta lucha pasa por mantener
viva a la asamblea de las dos plantas y consolidarla como el gran espacio de
debate y decisión de todos. Allí hay que votar un plan de acción que comience
por jugarse a conseguir el apoyo de otros sectores y organizaciones, empezando
por las que marcharon a Plaza de Mayo.
Para eso se tendría que organizar un Fondo de Lucha para
cubrirles el sueldo a los compañeros más necesitados, festivales, actos
callejeros, viajes hacia el “campo” para coordinar con los compañeros de las
granjas e incubadoras, etc.
Hay que organizar una gran campaña de apoyo dentro de las
fábricas de la alimentación, que servirá no solo para juntar dinero y víveres
sino para meterles presión a los dirigentes y obligarlos a que convoquen a un
Plan de Lucha.
Esta lucha se ha transformado en un punto de referencia
nacional, un espejo en el que se miran miles de compañeros y compañeras que
saben que si triunfan los de Cresta se debilitará el Plan de Ajuste de Macri y
los empresarios, que no es más que la continuidad de la política de Cristina y
los suyos.
Por una Navidad sin Despidos
Ni una familia más en
la calle
Que el estado firme ya
mismo un acta de compromiso
Plan de lucha de toda
la alimentación
Unidad con todos los
trabajadores y el pueblo
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