jueves, 24 de diciembre de 2015

Cresta Roja: El estado debe garantizar la continuidad laboral, el salario y las conquistas


Desde hace meses los trabajadores de Cresta Roja vienen librando una dura batalla en defensa de sus puestos de trabajo y por el pago en tiempo y forma de sus quincenas.
Gracias a la lucha impidieron la cesantía de miles de compañeros pertenecientes a las dos plantas -Ezeiza y Monte Grande-, los molinos, las granjas e incubadoras.
Esta pelea tuvo distintas instancias que se sostuvieron debido a la disposición de las bases, que impusieron la unidad de los dos establecimientos a través de asambleas multitudinarias y un incipiente proceso de coordinación con los trabajadores del “campo”.
En ese contexto, en la planta 2 se consiguió un histórico plebiscito mediante el cual se destituyó al cuerpo de delegados traidor, la convocatoria a elecciones y la elección de una nueva comisión interna.
Todo el país fue testigo de las movilizaciones a la capital, los cortes de ruta en la autopista y las vías, las movilizaciones a las intendencias, la marcha a Plaza de Mayo, el acampe frente al peaje del Aeropuerto y el enfrentamiento cuerpo a cuerpo con las tropas de la gendarmería de Macri.
Todas estas acciones no fueron en vano, ya que obligaron al gobierno a expresar públicamente el compromiso de mantener la continuidad de la empresa y los puestos de trabajo, luego de la quiebra decretada por la jueza Pérez Casado.
¡Sin embargo, aún no se ha firmado nada! No hay un acta que diga textualmente que se respetará lo prometido verbalmente luego de que se hagan cargo los nuevos dueños.
Es más, ya corren noticias en varios medios en donde se dice que “tendrá prioridad para la compra el grupo empresario que se haga cargo de la mayor cantidad de personal…” dando a entender que una de las condiciones para la venta serán los despidos.
Tampoco existe ningún compromiso por parte de gobierno en el sentido de abonar las quincenas y el aguinaldo adeudado y, mucho menos, de mantener en funcionamiento de la empresa –estatizándola- si es que nadie la quiere o puede comprar.
El ministro de trabajo Triaca, solamente intercedió para garantizar el pago en el mes de enero de $6000 del denominado Repro, que en diciembre fue de $4000, además de un bolsón de alimentos por operario para las fiestas de fin de año.
La única garantía de ganar es seguir organizados y en pie de lucha
Los trabajadores de Cresta Roja están enfrentando una triple alianza, conformada por la patronal que los dejó en banda; el gobierno que los reprime y no da respuestas de fondo; y los dirigentes sindicales del gremio, que les han dado las espaldas.
Cuando aparezcan los compradores -si es que así sucede- tendrán por delante otro problema, ya que los nuevos dueños intentarán despedir a la mayor cantidad de obreros posible, flexibilizar y bajarles los sueldos a los que “tengan la suerte de seguir laburando”.
Para derrotar a todos estos enemigos no alcanzará con la fuerza y voluntad de los empleados de Cresta Roja, sino que habrá que involucrar a buena parte de los trabajadores y el pueblo del país, que deben asumir que ¡Si gana Cresta Roja, ganarán todos los que luchan contra el ajuste gubernamental y la prepotencia patronal!
En ese sentido, también habrá que exigirles e imponerle al Sindicato de la Alimentación y a la Federación Nacional un verdadero Plan de Lucha que afecte los intereses de las grandes empresas alimenticias.
Sin embargo el gran “secreto” de esta lucha pasa por mantener viva a la asamblea de las dos plantas y consolidarla como el gran espacio de debate y decisión de todos. Allí hay que votar un plan de acción que comience por jugarse a conseguir el apoyo de otros sectores y organizaciones, empezando por las que marcharon a Plaza de Mayo.
Para eso se tendría que organizar un Fondo de Lucha para cubrirles el sueldo a los compañeros más necesitados, festivales, actos callejeros, viajes hacia el “campo” para coordinar con los compañeros de las granjas e incubadoras, etc.
Hay que organizar una gran campaña de apoyo dentro de las fábricas de la alimentación, que servirá no solo para juntar dinero y víveres sino para meterles presión a los dirigentes y obligarlos a que convoquen a un Plan de Lucha.
Esta lucha se ha transformado en un punto de referencia nacional, un espejo en el que se miran miles de compañeros y compañeras que saben que si triunfan los de Cresta se debilitará el Plan de Ajuste de Macri y los empresarios, que no es más que la continuidad de la política de Cristina y los suyos. 
Por una Navidad sin Despidos
Ni una familia más en la calle
Que el estado firme ya mismo un acta de compromiso
Plan de lucha de toda la alimentación
Unidad con todos los trabajadores y el pueblo
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