jueves, 20 de diciembre de 2007

Casino, Pagoda, Subte: Para frenar la ofensiva de los patrones y el gobierno, solidaridad, asambleas y piquetes de autodefensa

Foto: Trabajadores del subte festejando la conquista de las 6 horas. Esos mismos obreros fueron agredidos por la patota de la UTA hace unos días.
Por Juan Giglio

La vanguardia de este nuevo proletariado, forjado por la reconversión económica y las traiciones de la burocracia sindical, ex inexperta, muy débil y no cuenta aún con una visión política independiente. Sin embargo los nuevos activistas cuentan con una virtud de “nacimiento”: no tienen practicamente puntos de contacto ni de acercamiento con los viejos burócratas sindicales del PJ o los "nuevos" dirigentes conciliadores de la CTA y demás aparatos burocráticos.
No les gusta que los “lleven de las narices” ni que los “aparateen”; sino que pretenden “decidir” todo ellos mismos.

Esa característica, sumada al hecho de que la izquierda – con todos sus errores y dispersión - sigue siendo el único sector político que apoya las luchas, acerca objetivamente a la vanguardia a las posiciones de los socialistas, creando una situación favorable para comenzar a construir una nueva conducción obrera. Para que esta nueva vanguardia se convierta en referencia del conjunto tendrá que pasar por varias pruebas, comenzando por la de organizar los conflictos con la dureza que reclaman las actuales circunstancias, ya que el gobierno y las patronales han declarado una verdadera guerra en contra de las luchas y los luchadores (Pagoda, Casino, Subte, Mafisa, etc.)

La crisis de los de arriba y el ascenso obrero en curso continúan siendo el marco propicio para salir a pelear y para extender la resistencia. Sin embargo, eso solo no garantiza el triunfo de las luchas, para lo cual habrá que endurecer cada una de las medidas de acción directa que se planteen de aquí en más. El primer paso hacia ese necesario endurecimiento pasa por impulsar las asambleas de base: ¡No habrá posibilidad de encarar ninguna pelea importante sin el compromiso activo de todos los trabajadores involucrados en la misma!

 En ese sentido, los activistas combativos tienen que ser pacientes. No deben “pisar el palito” de las provocaciones patronales, ya que los de arriba siempre los empujarán para que salgan a la lucha con poca preparación y aislados. Cortarse solos no sirve. Por más heroismo y decisión que existan, si las luchas salen mal organizadas, aisladas y sin la convicción del conjunto, se perderán y desmoralizarán al resto de los luchadores.

Las comisiones internas y las agrupaciones deberán utilizar todos los recursos que tengan a su disposición y todo el arsenal "táctico" con que cuenta el movimiento obrero argentino en su larga y rica historia de lucha. En algunos casos, aprovechando "tácticamente" las contradicciones interburocráticas, para reclamarle a estos dirigentes la convocatoria de asambleas y reuniones de delegados. Y en otros, impulsando –lisa y llanamente- el desborde de los “cuerpos orgánicos” conducidos por los traidores.

Junto con esto, las asambleas, las internas y las agrupaciones tendrán que tomar en sus manos la tarea de preparar la defensa activa y militante de las huelgas y de los luchadores, poniendo en pie los piquetes obreros para frentar los ataques de la policía o la burocracia, como los que montaron en el Casino, Textil Pagoda o el Subte. Los trabajadores del Casino y de Pagoda, que se enfrentaron heroicamente con la policía de Rodríguez Saá y la prefectura kirchnerista, nos dieron la pauta de que exiten condiciones más que avanzadas para organizar esos piquetes.

La izquierda y las agrupaciones combativas tienen la obligación política de alentarlos y de ponerse a disposición de los nuevos dirigentes y de los organismos de lucha para sumarse a esta cada vez más necesaria autodefensa obrera.

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