El jueves 22 de noviembre los burócratas del SOIP (Sindicato Obreros del Pescado) de Mar del Plata recuperaron el local gremial (que había sido tomado por trabajadores de base y activistas combativos) utilizando la patota sindical y las tropas de la infantería
Estos policías, que actuaron bajo precisas órdenes de la justicia kirchnerista, forman parte de las mismas fuerzas represivas que a cientos de kilómetros de las playas - en Villa Mercedes - el 27 de noviembre entraron a los tiros a la textil “Pagoda” para desalojar a sus obreros, que estaban ocupando el establecimiento.
Son las mismas fuerzas del “orden” que el lunes 12 de noviembre golpearon salvajemente a los taxistas frente a la legislatura y aquellas que en la madrugada del 4 de diciembre reprimieron a los trabajadores del Casino de la Ciudad de Buenos Aires.Este accionar de los represores forma parte de la ofensiva lanzada por el gobierno de Kirchner en contra de las luchas y de los luchadores, e incluso de sectores de la propia burocracia, con el objetivo de prepararle el terreno a Cristina, para que ésta intensifique la aplicación del Plan de Ajuste al servicio de los monopolios.
Sin embargo las cosas no son del todo fáciles para el gobierno y para las patronales, ya que los trabajadores no se asustan con la policía y responden cada uno de los ataques, como sucedió en el puerto de Mar del Plata, en el Casino, en la Legislatura y en Pagoda.¡Y esto está muy bien! Ese es el camino… Los trabajadores tienen todo el derecho de defenderse frente a las agresiones de los patrones y del régimen patronal.
La izquierda y los sectores combativos tienen que apoyar a todos los conflictos, ubicándose decididamente a la cabeza de la defensa de los mismos frente a la represión.Los luchadores tienen que asumir que cada pelea parcial será, de acá en más, como las del Casino o Pagoda, verdadera “batallas” en las cuales los de arriba tirarán con todo lo que tienen para quebrar la resistencia.Por esa razón para ganar habrá que ser más duros que el enemigo:
Cada huelga deberá ser preparada meticulosamente, convenciendo a cada uno de los compañeros de la necesidad de salir a pelear y haciéndolos participar en todas las asambleas y en las comisiones que se organicen para llevar adelante el conflicto.
Las organizaciones de izquierda y combativas deben poner todos sus esfuerzos y recursos al servicio del fortalecimiento, el endurecimiento y la extensión de las luchas parciales, apostando a evitar el aislamiento.
Si hoy ganan los compañeros del Casino, de Pagoda y de los demás sectores en lucha, ganarán todos los trabajadores, se fortalecerá la resistencia y existirán inmejorables condiciones para comenzar a construir una nueva dirección consecuentemente combativa.
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