Detengamos la Militarización de la Fábrica Dana ¡Fuera la Policía de la Empresa!¡Reincorporación de los Compañeros Despedidos!

Desde hace dos semanas la fábrica Dana de Grand Bourg (encuadrada en el SMATA) permanece en conflicto por el despido de 60 compañeros.

Durante todos estos días los empleados despedidos vienen realizando un piquete en la puerta de la empresa, desde el cual han organizado distintas actividades.

El lunes pasado una patota de más de 70 matones, que se movilizaban en un colectivo, agredieron brutalmente a los compañeros del piquete, hiriendo a varios de ellos con cuchillos, incendiando los coches allí estacionados y robando todo lo que encontraron a su paso.

Es importante saber, que en el momento en que estos patoteros bajaron del micro que los transportaba, la policía prácticamente “desapareció” del lugar.

Dentro de este marco de feroz ofensiva patronal, el 18 de enero la empresa citó a los trabajadores que no fueron despedidos para que ingresen a trabajar, trasladando a la mayoría en micros custodiados por la policía, que cortó las calles cercanas, armando un “corredor” para evitar cualquier contacto con los activistas.

Mientras tanto cercaron la fábrica con decenas de policías de la Provincia de Buenos Aires y miembros de la infantería de la misma fuerza e instalaron a cientos de uniformados en su interior.

Los policías se ocuparon de realizar un “cacheo” intimidatorio, violentando a todos los que ingresaban al establecimiento; y en el interior hostigaron al conjunto del personal, llegando a impedir los diálogos entre los trabajadores en los vestuarios.

Este operativo represivo, muy parecido a los que se armaban durante la dictadura, fue organizado para mantener despedidos a 42 compañeros, varios de los cuales cuentan con “fueros gremiales”, ya que son representantes del SMATA: dos delegados de base, un miembro del Concejo Directivo del Sindicato, dos delegados paritarios y un congresal.

Otros operarios fueron despedidos mientras gozaban de sus licencias médicas o las vacaciones, algunos de ellos, estando incluso, cubiertos por la ART.

Luego del ingreso de los trabajadores, la empresa implementó una furiosa flexibilización laboral, incrementando los ritmos de trabajo y reduciendo la cantidad del personal correspondiente para cada uno de los trabajos que se realizan en las distintas secciones.

La situación que están sufriendo los compañeros de Dana es gravísima y debe ser repudiada por todos los trabajadores y el pueblo, para evitar que se transforme en un ejemplo a seguir por el resto de las patronales, envalentonadas por este verdadero atropello.

Hay que luchar para que se retire la policía de la fábrica, se reincorpore a todos los despedidos y vuelvan los viejos ritmos de trabajo, deteniendo la horroroza flexibilización que está imponiendo la patronal.

Los dirigentes de todos los sindicatos, incluídos los de la CGT y CTA deben tomar cartas en el asunto, exprezándose públicamente y resolviendo las medidas de lucha que reclaman las circunstancias.

La izquierda y las fuerzas combativas tienen que ponerse a la cabeza de la campaña por los compañeros de Dana y de todas las acciones que se organicen para ganar esta lucha por los derechos democráticos y laborales.

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