domingo, 11 de mayo de 2008

Ciudad de Buenos Aires. La salud mental no es “Pro”* (imagen Hospital Borda)

Los trabajadores y el pueblo de la ciudad deben unirse para derrotar la “Reforma del Modelo de Atención de la Salud Mental” impulsada por Mauricio Macri, ya que pretende liquidar la salud mental y el resto de la salud pública.

La política del PRO está dirigida a privatizar todo lo que aún permanece en la órbita estatal para darle de comer a la medicina privada y para generar grandes negocios inmobiliarios con esos terrenos, ya que se encuentran en una de las mejores ubicaciones de la ciudad.

Es sabido que desde hace un tiempo comenzaron a construirse en la zona de Barracas costosísimos edificios y que la mayoría de los lotes que se encuentran en esta zona (cercana a los hospitales neuropsiquiátricos) han sido adquirida por varios de los más íntimos “amigos” del Jefe de Gobierno.

Descentralización y desatención de los pacientes

Mauricio Macri presentó su nuevo plan de Salud Mental, denominado “Reforma del Modelo de Atención de la Salud Mental”, mediante el cual se propone desarticular (en el plazo de dos años) los neuropsiquiátricos Borda y Moyano, reemplazándolos por unidades pequeñas de internación, casas de medio camino y un plan de familias sustitutas.

El plan consiste en la creación de un Centro de Evaluación y Derivación. Allí se recibirá a los pacientes derivados desde los centros de salud, los hospitales o la justicia, para luego decidir (en no más de tres días) qué tipo de atención les corresponde y en qué lugar recibirla.
El Ministro de Salud porteño Lemus explicó que para esto construirán entre 8 y 10 centros de internación con 48 camas, en donde la gente se quedaría, como mucho, tres meses.

Luego de ese tiempo, los pacientes serán derivados, de acuerdo a su patología, a 24 "casas de medio camino" (con capacidad para 18 personas cada una, con lo que sólo podrán alojar 432 personas).

El resto irá a parar a algunos hospitales y a una serie de “familias sustitutas”, las cuales a cambio de una determinada suma dinero recibirían a un enfermo psiquiátrico sin familia o que en caso de tenerla no estuviera en condiciones de hacerse cargo.

Dentro de este esquema no queda claro quién se encargaría de reinsertar a sus futuros huéspedes en la sociedad, ni se aclara qué tipo de tratamiento recibirían los beneficiarios, ni el lapso de tiempo que pasarían en ellas, ni mucho menos aún qué sucedería luego de su “externación”.

Tercerización y abandono de los pacientes

El cierre de los hospitales abrirá el paso a otro gran negociado que implica la “tercerización” de los servicios asistenciales, ya que la ausencia de hospitales de día, casas de medio camino, comunidades terapéuticas, granjas y centros de internación en el ámbito estatal, planteará su contratación a entidades privadas y ONG.

Pero más preocupante aún, es la política macrista de desligar al estado de su responsabilidad de atender a los pacientes, obligando a las familias que no puedan pagar la atención, a encargarse ellas mismas del cuidado de su familiar, como se hace en general con los ancianos.

La reforma significa que las familias pobres tendrán que velar por la salud de sus miembros, vale decir, garantizar que se les realice el tratamiento adecuado, llevarlos a consulta, controlar que tomen la medicación e inclusive contenerlos en caso de crisis, entre otras funciones que hasta ahora venía cumpliendo el hospital mediante el sistema de internación, que en muchos casos resulta imprescindible.

Esta situación no sólo le “ahorrará” dinero al estado, sino que consolidará y profundizará las enfermedades mentales, ya que la principal causa que las provoca es social, y en ese sentido, la familia no es más que una “célula” básica de la sociedad en que vivimos, por lo tanto reproduce y potencia la enfermedad de sus miembros.

Que el estado se siga haciendo cargo y aumente el presupuesto

Es cierto que el estado actual de los neuropsiquiátricos porteños deja mucho que desear. Sin embargo, en vez de cerrarlos se debe mejorarlos para que se transformen en verdaderas instituciones al servicio de la reinserción de los pacientes en la comunidad.

Asimismo, resulta inadmisible que un elevado número de prestaciones estén a cargo de personal ad-honorem y/o precarizados, en tanto que el Gobierno destina partidas millonarias a los grandes laboratorios, que al mismo tiempo experimentan con los pacientes hospitalizados.

Hay que hacer todo lo contrario de lo que pretende Macri, aumentando considerablemente el presupuesto, de manera de refaccionar y renovar la estructura edilicia, como así también proveerlos de más insumos y mejorar los salarios de todos los trabajadores de los hospitales.

La lucha por defender la salud mental pública debe formar parte de la pelea por la defensa del conjunto de la educación y la salud pública, en la perspectiva de la recuperación para el patrimonio estatal de todas las empresas y sectores que fueron privatizados por los sucesivos gobiernos entreguistas de la ciudad y del país.

*Pro: el partido del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, quien durante su campaña electoral tenía un slogan que hablaba de “una ciudad Pro”.

Trabajadores estatales de Convergencia Socialista
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