jueves, 7 de junio de 2012

Elecciones en la alimentación, un avance de la izquierda y la unidad


La lista Bordó, encabezada por Javier Hermosilla -dirigente de la fábrica Kraft y del PTS- e integrada por otras comisiones internas y agrupaciones antiburocráticas y de izquierda, logró el 40% de los votos, imponiéndose en varias fábricas, donde superó holgadamente a la lista Verde del burócrata Daer. 

Este avance de la izquierda se concretó a pesar del fraude y de que en ese gremio sólo votan los afiliados, quienes constituyen apenas la mitad de los trabajadores. 

El resultado expresa el ascenso de las bases, que el año pasado llegaron a imponerle a la conducción del sindicato la reapertura de las negociaciones paritarias y la ruptura del techo salarial que habían firmado con anterioridad.

La combatividad de los obreros y empleados de estas empresas es bien conocida. Sin embargo lo nuevo e importante es la unidad alcanzada, ya que por primera vez se pudo unificar al conjunto de las agrupaciones de izquierda (PTS, PCR, PSTu) junto a varias internas opositoras combativas dentro de una lista en común, la Bordó.

Este es un ejemplo que debe ser tomado por los agrupamientos antiburocráticos del resto de la clase obrera, que deben asumir la existencia de grandes posibilidades para disputar la conducción de los sindicatos, ya que la burocracia está inmersa en una crisis tremenda y se mantiene al frente solo por el peso de los aparatos y las patotas.

La situación política indica que vamos hacia grandes confrontaciones salariales, por las condiciones laborales y la defensa de los puestos de trabajo. La unida de la oposición combativa debe servir –principalmente- para impulsar la unificación de estas luchas.

Esta necesaria coordinación tiene que hacerse en base a un programa mínimo que se apoye en un concepto fundamental, la necesidad de promover la democracia obrera, ya que las asambleas y los plenarios de delegados -abiertos a la participación de las bases- son las mejores herramientas para organizar la lucha contra la explotación de las patronales y los planes de ajuste del gobierno.

El resultado de la Bordó debe constituirse en un gran incentivo para impulsar esta perspectiva. Un ejemplo magnífico que deben tomar los partidos y dirigentes de la izquierda para impulsar la construcción de una dirección obrera alternativa.

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