Cristina pretende profundizar la
explotación obrera, reformando la
Ley de Riesgo de Trabajo (LRT), para permitir que los
empresarios y los burócratas amigos “se la sigan llevando con pala”.
Esto fue así hasta hace 8 años, cuando la Corte Suprema falló a
favor de un trabajador que exigía tanto a la ART como a su patrón una suma de dinero superior
a la establecida por la LRT. En
este fallo la Corte
cuestionó la ley por ser injusta con los trabajadores.
En los últimos años miles de obreros cobraron
la indemnización según la LRT ,
al mismo tiempo que recurrieron a la justicia para obtener una indemnización
mayor. Tanto el fallo de la Corte como la catarata de juicios que vinieron
después, justificaban una inmediata reformulación de la normativa, terminando de
una vez con una situación que viola los derechos constitucionales de los
trabajadores.
Sin embargo, el pasado 18 de septiembre
Cristina, en un acto en la Rosada
con empresarios y sindicalistas, criticó lo que denominó “industria del juicio”,
o sea las demandas judiciales que realizan los trabajadores accidentados contra
las ART y los empresarios.
Pero la realidad es otra. El gobierno se
está quedando sin plata, y siendo el principal empleador con millones de
trabajadores estatales, está buscando la reducción de costos. En esto Cristina
no se diferencia con el resto de los patrones, que para atenuar la pérdida de
las ganancias transfieren la crisis sobre las espaldas obreras.
Con estas reformas, cualquier trabajador
que cobre la indemnización fijada por ART, automáticamente perderá el derecho a
recurrir a la vía judicial. Un mecanismo de extorsión, mediante el cual empujarán
a recibir las migajas que le dé la
ART , para no tener que esperar años a que se resuelva el
juicio, sin un peso en el bolsillo.
Además, estos procesos deberán realizarse
en la Justicia Civil ,
con indemnizaciones inferiores a las que fijan los jueces del Trabajo y sin las
garantías previstas por ellos.
Para contar con el apoyo de los burócratas
sindicales, está previsto en la reforma que las ART podrán ser integradas por
los sindicatos ¡Quienes debieran protegernos de los chacales del gobierno y las
patronales, se llenarán de plata con nuestro sufrimiento!
Si bien tenemos que rechazar la reforma
kirchnerista, de ninguna manera esto significa que debamos defender esta ley
tal cual está. La larga experiencia de los trabajadores con la Ley de Riesgo de Trabajo
menemista, demuestra que hay que cambiarla.
Como ejemplo: tan solo en 2011 se
registraron 675.000 siniestros laborales de trabajadores registrados. Y durante
el 2010, según datos de la
Superintendencia de Riesgos de Trabajo, hubo 871 muertes.
Estas cifras, que tendrían que duplicarse,
ya que se toman sobre los trabajadores en blanco, que solo representan el 51%
de la fuerza de trabajo, demuestran el rotundo fracaso de la legislación
vigente.
Para terminar con el negocio de las ART y
conquistar condiciones de trabajo dignas, que no martiricen nuestro cuerpo ni
nuestra mente, hay que exigir la derogación de la Ley de Riesgo de Trabajo.
De esta manera se volvería a aplicar la
legislación anterior, a la que habría que mejorar con la creación de Comisiones
de Seguridad e Higiene -reconocidas por el estado- en todos los
establecimientos, integradas por trabajadores y trabajadoras electos por sus
compañeros.
Estas Comisiones contarían con el poder de
policía laboral para labrar actas e intimar a las patronales, tanto estatales
como privadas, obligándolas a cumplir con sus indicaciones y recomendaciones, mejorando
así la calidad de vida de los trabajadores.
El miércoles 24 la reforma K será debatida
en el Congreso; tanto la CGT
como la CTA
opositoras convocan a una manifestación de repudio desde las 14 horas. Desde CS
llamamos a marchar y a reclamarle a Moyano y Micheli que concreten el Paro
Nacional que prometieron, para ponerle freno a estas reformas y al conjunto del
plan de ajuste y saqueo del gobierno de Cristina
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