Los trabajadores de la 60 vienen resistiendo los ataques de
la patronal, que tiene el objetivo de imponer la precarización y explotación
que la empresa del grupo Dota aplica en las demás líneas que controla.
La gota que colmó el vaso fue el despido de un chofer con
muchos años de antigüedad, cesantía que pretendieron justificar con falsas
acusaciones.
La respuesta del cuerpo de delegados fue la implementación
del no cobro de boleto desde el día 25/6 y hasta lograr la reincorporación del
compañero.
En represalia por el acatamiento de la medida del 90% de los
trabajadores, la empresa despidió a 47 trabajadores, profundizando el conflicto
en medio de la campaña electoral, obligando al Ministerio de Trabajo a dictar
la Conciliación Obligatoria.
Sin embargo la resolución ministerial que la conducción de
la UTA se negó a firmar, no fue acatada por la patronal, ya que, impidió el
ingreso de los despedidos y quiso hacer firmar un acta de compromiso a cada
chofer para cobrar los boletos.
Esta modalidad de protesta que los trabajadores vienen
aplicando desde hace tiempo, fue reconocida como medida de fuerza gremial por
un fallo de la justicia. Por lo tanto, al no conseguir que un solo chofer
firmara el acta, la Dota declaró el lockout.
Frente a esta situación ni el gobierno, que subsidia a la
patronal con 100 mil pesos mensuales por colectivo, ni el Ministerio de Trabajo.
cuyo dictamen no fue desconocido por la empresa, han intimado a los empresarios
para que garanticen el servicio.
Por el contrario, con el auxilio de la justicia se ordenó el
despliegue de carros de asalto y efectivos de la policía para intimidar a los
compañeros que se mantienen en las terminales defendiendo su fuente de trabajo y
las unidades que circulan con el dinero de los contribuyentes.
El cuerpo de delegados viene denunciando la malversación de
los subsidios en detrimento de las condiciones de trabajo y la calidad de servicio
que padecen los usuarios -de 340 unidades por las que recibe 34 millones de
pesos, salen a la calle no más de 240- por falta de renovación, repuestos y
mantenimiento, perdida de frecuencia y aumento de accidentes.
Mientras tanto, la conducción de la UTA cierra filas con los
empresarios, amenazando con intervenir con sus patotas para disciplinar al
cuerpo de delegados, algo que intentó en otros conflictos sin buenos
resultados.
Los choferes de la 60 están unidos, porque tienen al frente a
un cuerpo de delegados democrático y combativo, además de una gran disposición para
sostener la lucha hasta ganar el conflicto.
La tarea de todas las comisiones internas, cuerpos de
delegados, activistas, organizaciones de izquierda y sectores combativos es rodearlos
de solidaridad efectiva ¡nos tocan a uno, nos tocan a todos!
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