Ya pasaron varios meses desde que la jueza Pérez Casado y el ministro de Trabajo Triaca se comprometieran a encontrarle una salida al conflicto después de reprimir el acampe en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
Este fue el primer ensayo de la política represiva de Macri para hacer pasar el ajuste y el tarifazo que ya está siendo resistido por miles de trabajadores a lo largo y ancho del pais
Desde ese momento los trabajadores no saben qué ocurrirá con sus puestos de trabajo ya que Ovoprot no ha hecho más que promesas en el aire. Lo único concreto es que la jueza declaró que en los próximos meses se comenzaría a faenar, aunque sin la totalidad del plantel, lo que significa que muchos compañeros quedarán en la calle.
La empresa y la jueza también se manifestaron a favor de ajustar el salario al convenio, llevándolo a un 30% más bajo que el que se venía cobrando. Tampoco existen promesas de cobrar las quincenas, aguinaldos y vacaciones adeudadas.
Mientras tanto, continuarán pagando el “Repro” -6.000 pesos- junto con la entrega de bolsones de mercadería, una miseria que agrava la difícil situación que están viviendo los compañeros y sus familias.
Esta realidad ha empujado a un sector de los trabajadores de Cresta Roja a renunciar para salir a buscar otra salida laboral, mientras que los que pueden se mantienen con trabajos temporarios u ocasionales.
Lamentablemente los delegados de la Planta 2, en vez de impulsar la lucha y responder a la patronal con propuestas alternativas que favorezcan a sus compañeros, solo dicen que hay que “esperar” y no “hacer nada” por miedo a que los empresarios se “enojen” y decidan irse.
Este planteo, que desarma a los trabajadores, va en sintonía con la denuncia que hicieron en contra de los “infiltrados”, una política que conduce al aislamiento, ya que las fuerzas de izquierda somos las únicas que hemos venido apoyando el conflicto desde siempre, jugándonos a que se extienda la solidaridad entre toda la población.
Desde Convergencia Socialista denunciamos que Ovoprot, con la complicidad del gobierno pretende imponer un ajuste brutal, dejando afuera a la mayoría de los compañeros y flexibilizando a los que “tengan la suerte” de seguir laburando.
¡No habrá manera de impedir esta situación sin luchar! La asamblea del viernes próximo es una oportunidad para resolver un Plan de Lucha en serio, volviendo a ganar las calles y el apoyo de la población, aprovechando que ahora son muchos los gremios que están peleando.
Hay que rebatir el argumento empresarial de que no se puede incorporar a todos hasta que se alcancen “los niveles de producción anteriores”. ¡Mentira, se pueden distribuir las horas entre todos los compañeros y cobrar el mismo sueldo que antes!
¡Que el estado garantice esto y el pago de toda la deuda salarial adeudada, ya que fue el estado el principal responsable de dejar correr la crisis y los negociados de Melenco Rasic y compañía durante años!
Si los empresarios no aceptan esta propuesta, que el gobierno expropie Cresta Roja, estatizándola mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia, para que cumpla un papel social proveyendo pollos a los comedores escolares y hospitales de todo el país.
Para eso hay que retomar los cortes, coordinar con las organizaciones que participaron en la marcha a Plaza de Mayo y exigirle al Sindicato de la Alimentación que se ponga a disposición parando todo el gremio.
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