jueves, 17 de febrero de 2011

Reportaje a Víctor Grossi, Secretario General del SITRAIC: "Las viejas estructuras sindicales están caducas"

Víctor Grossi fue en 1984 fue secretario general de UOCRA Lomas y miembro de su secretariado nacional. Antes había actuado como subdelegado de sección de ATE en el INTA Castelar, de donde se tuvo que ir perseguido por los militares.

La Directiva de la UOCRA, encabezada por Farías y Gerardo Martínez expulsó a Grossi de la UOCRA, acusándolo de “inconducta gremial”, cuando este denunció los negociados que hacían miembros de la conducción nacional con la intervención, que estaba a cargo del gobierno radical.

En 2001, viendo que la UOCRA, que llegó a tener más de 250.000 afiliados había quedado reducida a poco menos de 70.000 - debido a la desocupación - se decidió a organizar a los desocupados del gremio, fundando el Movimiento Social Solidario, que llegó a contar con más de 20.000 obreros cesantes de la construcción.

El MOSSOL, que protagonizó movilizaciones importantes junto al Foro Hídrico y distintas organizaciones sociales y de izquierda, logró imponer la puesta en marcha de decenas de obras públicas, lo que le permitió a Grossi impulsar la lista Violeta, que ganó en 2004 la conducción de la UOCRA Lomas, hasta su intervención en 2009.

Luego de eso emprendió la tarea de construir un nuevo sindicato, el SITRAIC, del cual es su secretario general, en el cual participa junto a compañeros de izquierda con quienes se enfrentó en el pasado, un cambio que él cuenta con pasión:

ET: ¿Vos provenís del peronismo?

VG: Así es, comencé militando para la CGT de los Argentinos cuando era estudiante secundario en Bahía Blanca en 1969. Luego viajé a Buenos Aires para estudiar medicina e ingresé al FEN y en el año 73 me relacioné con la tendencia de la juventud peronista (montoneros) en Morón.

Cuando en el 77 me escapé del INTA por la dictadura ingresé como ayudante en una obra en capital. Después trabajé en varias empresas hasta que ingresé a Pescarmona como medio oficial de montaje, una experiencia que más adelante me permitió trabajar en las obras más grandes como oficial.

En Alicurá en 1981 fui echado por el ejército y en 1983, trabajando en Induvial en la zona sur, fui elegido delegado y comencé mi labor sindical en Lomas de Zamora, donde me enfrenté en varias elecciones con compañeros de izquierda, con varios de los cuales ahora estoy compartiendo la construcción del SITRAIC.

ET: ¿Como pasaste de peronista que se enfrentó a la izquierda a compañero de ruta de esa misma izquierda?

VG: Cuando me empiezo a dar cuenta de la crisis terminal en la que se encuentra el peronismo y a entender el “sentido universal de la lucha de clases” saco la conclusión de que la democracia obrera empieza por practicar el pluralismo, que significa que hay que respetar a todas las posiciones… la única manera de debatir y sintetizar.

Cuando dejo de creer en la alianza de clases, un concepto fundamental del peronismo, empiezo a creer en la lucha de clases y a cambiar otros conceptos. Te quiero decir que más allá de esto, siempre que me enfrenté a los compañeros de la Naranja y del viejo MAS, lo hice con mucha admiración por su dedicación y fuertes ideales, lo que me ayudó a sacar las conclusiones a las que ahora estoy llegando.

ET: ¿Como te imaginás al SITRAIC?

VG: Me imagino un sindicato profundamente democrático. El gremio debe ser una herramienta al servicio de los trabajadores y no los compañeros al servicio del aparato y de los dirigentes.

Pretendo un gremio totalmente pluralista, por lo cual reafirmo el llamado a todas las organizaciones políticas y sociales de izquierda para que vengan a apoyar nuestra construcción, pero fundamentalmente para que se integren al sindicato. Acá hay un puesto de lucha para todos los que quieran construir el sindicato.

El SITRAIC debe ser una herramienta que vaya más allá de los límites gremiales para transformarse en un punto de apoyo para la articulación de las luchas y las demandas populares, como la educación, las cuestiones relacionadas a los servicios, la vivienda, la salud, el cuidado del medio ambiente, etc.

Estoy convencido que las viejas estructuras sindicales están totalmente caducas y dañinas, por eso soy un fanático de la puesta en funcionamiento de nuevos sindicatos, donde la legitimidad la otorguen los trabajadores con su fuerza y movilización y no el estado con sus papeles y condicionamiento.

Por eso siempre me gustó la frase de un viejo dirigente que decía que el movimiento obrero no es un edificio ni cien edificio sino la voluntad organizada del pueblo. Por lo tanto no se puede intervenir ni clausurar.

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