Convergencia Socialista y la Interdistrital (CCUR) junto a las organizaciones de izquierda en el corte de zona sur |
Mientras el
ministro de economía de Cristina -Kicillof- viajaba a mendigarle fondos al FMI
para profundizar el ajuste, la clase obrera realizaba un verdadero Parazo
Nacional, ya que la absoluta mayoría de los trabajadores representados en los
gremios que lo convocaron no fueron a trabajar, como tampoco los que pertenecen
a los sindicatos de la CGT
y la CTA
oficialista.
El cese total
de actividades en terminales, puertos, aeropuertos, rutas y caminos, demostró
la contundencia de la huelga en los gremios del transporte de pasajeros y de carga.
Lo mismo sucedió en las escuelas, hospitales y el resto de las dependencias
públicas, porque las bases desacataron a los burócratas oficialistas, que
llamaron a carnerear.
Pero donde
más golpeó la medida de fuerza fue en las fábricas, provocándoles pérdidas
millonarias a las patronales. Pesa a las amenazas y a los descuentos
salariales, se paralizó la producción de los principales centros industriales
del país. De esa manera los trabajadores industriales le aplicaron un durísimo
golpe al gobierno, sumando una fuerza decisiva contra su plan de ajuste.
El paro se instaló
con todo dentro de las grandes terminales automotrices como Ford y Volkswagen,
las empresas alimenticias, metalúrgicas, del plástico, textiles, etc.
Desde Rosario hasta Córdoba y Buenos Aires, llegando a la cuenca petrolera
patagónica y pasando por los ingenios de Tucumán y Jujuy o el Polo petroquímico
de Bahía Blanca, el proletariado más concentrado volvió a ocupar el centro de
la escena, transformándose en la vanguardia de la lucha.
¡Hasta el
subte de los carneros “progresistas”, liderados por Pianelli y Segovia, tuvo
que cerrar las puertas debido a la ausencia de empleados para conducir las
formaciones!
Sin embargo
esta huelga, que dividirá aguas en la historia argentina, no golpeó solamente a
las patronales y al gobierno, sino también a la propia burocracia que llamó a
concretarla. ¡Moyano, Barrionuevo, Micheli y compañía pretendieron un paro
dominguero y les salió el tiro por la culata, porque la izquierda garantizó el
Paro Activo más importante de las últimas décadas!
El
activismo combativo fue el que hizo visible las verdaderas demandas de la clase
trabajadora, que no se siente representada por ninguno de los traidores que
conducen las distintas centrales sindicales. Los piquetes expresaron lo que la
mayoría siente: la bronca contra el Plan de Ajuste de Cristina, el reclamo de un
aumento significativo de los salarios y el repudio a la represión kirchnerista!
Los
piquetes pusieron también sobre el tapete otra de las exigencias fundamentales
de los luchadores y la izquierda, como es el pedido de Absolución de los
Petroleros de Las Heras, una consigna que nunca quiso levantar la burocracia
sindical, más allá de haber firmado alguna declaración de compromiso.
El Paro
Activo tuvo a su vanguardia a una camada multitudinaria de jóvenes -la mayoría
trabajadores y trabajadoras industriales- que garantizaron la paralización
total de las empresas más importantes, como las que están instaladas en los
parques industriales de Garín y Burzaco o las 160 fábricas del cordón más
grande de todos, el de Pilar. Jóvenes combativos como los que frenaron los
vuelos de Aerolíneas, la empresa comandada por “La Cámpora”.
Para colmo
de males para los empresarios, Moyano y el gobierno, esta camada de luchadores
y luchadoras simpatizan con las posiciones de las organizaciones de la
izquierda trotskista, que más allá de sus diferencias, estuvo al frente de los cortes
de ruta y los piquetes fabriles.
Por esa
razón, los partidos y dirigentes que impulsaron los encuentros combativos de
Atlanta y el Sutna deberían juntarse rápidamente para organizar una gran
campaña -dentro de las filas obreras- de exigencia de un Plan de Lucha que
continúe las acciones del 10A con paros de 36 y 48 horas con movilizaciones y
piquetes. ¡El Primero de Mayo habría que levantar una tribuna unitaria y
combativa al servicio de esta política!
La clase
trabajadora industrial terminó de ponerse de pie, liderando la pelea contra el
Plan de Ajuste y Saqueo. La gran tarea de la izquierda y los luchadores es ayudarla
a construir la nueva dirección, consecuente, combativa y democrática que reclaman
las actuales circunstancias, una alternativa capaz de superar a la podrida
burocracia sindical peronista y a los traidores de todo pelaje.
Para
hacerlo hay que dejar de lado todas las mezquindades y vicios de “aparato” y
las especulaciones electoralistas, profundizando el camino unitario que le
permitió a la izquierda aparecer con fuerza en los piquetes del 10A. ¡Manos a
la obra!
1 comentario:
Compañeros, quiero contactar a alguien para hacerle una entrevista respecto a una patota de la UOCRA. Podrán darme un email donde enviarles mayores detalles? Mi contacto es nadia.belen07@gmail.com
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