viernes, 11 de abril de 2014

Un antes y un después del Parazo Nacional Activo del 10A

Convergencia Socialista y la Interdistrital (CCUR) junto a las organizaciones de izquierda en el corte de zona sur


Mientras el ministro de economía de Cristina -Kicillof- viajaba a mendigarle fondos al FMI para profundizar el ajuste, la clase obrera realizaba un verdadero Parazo Nacional, ya que la absoluta mayoría de los trabajadores representados en los gremios que lo convocaron no fueron a trabajar, como tampoco los que pertenecen a los sindicatos de la CGT y la CTA oficialista.

El cese total de actividades en terminales, puertos, aeropuertos, rutas y caminos, demostró la contundencia de la huelga en los gremios del transporte de pasajeros y de carga. Lo mismo sucedió en las escuelas, hospitales y el resto de las dependencias públicas, porque las bases desacataron a los burócratas oficialistas, que llamaron a carnerear.

Pero donde más golpeó la medida de fuerza fue en las fábricas, provocándoles pérdidas millonarias a las patronales. Pesa a las amenazas y a los descuentos salariales, se paralizó la producción de los principales centros industriales del país. De esa manera los trabajadores industriales le aplicaron un durísimo golpe al gobierno, sumando una fuerza decisiva contra su plan de ajuste.  

El paro se instaló con todo dentro de las grandes terminales automotrices como Ford y Volkswagen, las empresas alimenticias, metalúrgicas, del plástico, textiles, etc. Desde Rosario hasta Córdoba y Buenos Aires, llegando a la cuenca petrolera patagónica y pasando por los ingenios de Tucumán y Jujuy o el Polo petroquímico de Bahía Blanca, el proletariado más concentrado volvió a ocupar el centro de la escena, transformándose en la vanguardia de la lucha.

¡Hasta el subte de los carneros “progresistas”, liderados por Pianelli y Segovia, tuvo que cerrar las puertas debido a la ausencia de empleados para conducir las formaciones!

Sin embargo esta huelga, que dividirá aguas en la historia argentina, no golpeó solamente a las patronales y al gobierno, sino también a la propia burocracia que llamó a concretarla. ¡Moyano, Barrionuevo, Micheli y compañía pretendieron un paro dominguero y les salió el tiro por la culata, porque la izquierda garantizó el Paro Activo más importante de las últimas décadas!

El activismo combativo fue el que hizo visible las verdaderas demandas de la clase trabajadora, que no se siente representada por ninguno de los traidores que conducen las distintas centrales sindicales. Los piquetes expresaron lo que la mayoría siente: la bronca contra el Plan de Ajuste de Cristina, el reclamo de un aumento significativo de los salarios y el repudio a la represión kirchnerista!

Los piquetes pusieron también sobre el tapete otra de las exigencias fundamentales de los luchadores y la izquierda, como es el pedido de Absolución de los Petroleros de Las Heras, una consigna que nunca quiso levantar la burocracia sindical, más allá de haber firmado alguna declaración de compromiso.

El Paro Activo tuvo a su vanguardia a una camada multitudinaria de jóvenes -la mayoría trabajadores y trabajadoras industriales- que garantizaron la paralización total de las empresas más importantes, como las que están instaladas en los parques industriales de Garín y Burzaco o las 160 fábricas del cordón más grande de todos, el de Pilar. Jóvenes combativos como los que frenaron los vuelos de Aerolíneas, la empresa comandada por “La Cámpora”.

Para colmo de males para los empresarios, Moyano y el gobierno, esta camada de luchadores y luchadoras simpatizan con las posiciones de las organizaciones de la izquierda trotskista, que más allá de sus diferencias, estuvo al frente de los cortes de ruta y los piquetes fabriles.

Por esa razón, los partidos y dirigentes que impulsaron los encuentros combativos de Atlanta y el Sutna deberían juntarse rápidamente para organizar una gran campaña -dentro de las filas obreras- de exigencia de un Plan de Lucha que continúe las acciones del 10A con paros de 36 y 48 horas con movilizaciones y piquetes. ¡El Primero de Mayo habría que levantar una tribuna unitaria y combativa al servicio de esta política!

La clase trabajadora industrial terminó de ponerse de pie, liderando la pelea contra el Plan de Ajuste y Saqueo. La gran tarea de la izquierda y los luchadores es ayudarla a construir la nueva dirección, consecuente, combativa y democrática que reclaman las actuales circunstancias, una alternativa capaz de superar a la podrida burocracia sindical peronista y a los traidores de todo pelaje.

Para hacerlo hay que dejar de lado todas las mezquindades y vicios de “aparato” y las especulaciones electoralistas, profundizando el camino unitario que le permitió a la izquierda aparecer con fuerza en los piquetes del 10A. ¡Manos a la obra!

1 comentario:

Naranja Verde dijo...

Compañeros, quiero contactar a alguien para hacerle una entrevista respecto a una patota de la UOCRA. Podrán darme un email donde enviarles mayores detalles? Mi contacto es nadia.belen07@gmail.com