domingo, 6 de julio de 2014

¿Por qué la negativa a convocar a la mesa del Encuentro Sindical de Zona Norte? Polémica con el PTS

Un debate hacia el Encuentro Sindical Clasista
Pablo Busch y María Alvarez

Con el correr de los días el ajuste del Gobierno kirchnerista avanza y la crisis de los capitalistas intenta ser descargada sobre las espaldas de los trabajadores, lo que pone a prueba a todas las organizaciones de clase. De esa manera salen a la luz los problemas y las diferencias políticas reales entre los que luchan.

Durante el Encuentro Sindical Combativo de Norte desde el CCUR impulsamos que la mesa que lo dirigió se constituya como órgano real y efectivo de coordinación -mediante un funcionamiento semanal- para intervenir en todos los conflictos, presentándose como dirección alternativa a la burocracia sindical. Sólo actuando de manera unitaria -aunque dejando en claro las divergencias- el ESC podrá convertirse en dirección de los conflictos.

Nuestra moción fue aprobada; sin embargo la mesa nunca fue convocada ni existe interés en hacerlo. Es que el centro de la orientación de las organizaciones que se niegan a ponerla en pie, reside en las disputas de influencias de sus respectivos aparatos y no en dotar de una política que lleve las luchas obreras a la victoria de los conflictos.

Esta tendencia, si se desarrolla, no solamente devastará la influencia de las organizaciones del ESC entre los trabajadores, sino que dejará un tendal de conflictos derrotados en el camino.

Entre los debates que recorren a las organizaciones es preciso señalar, además, que la orientación de la organización más influyente en la zona norte, el PTS, está marcada por un sesgo legalista que es incompatible con las necesidades de los conflictos.

Esto está expuesto en que política central que levantan contra las suspensiones y despidos en Lear pasa por denunciarlas como “ilegales”, ya que la empresa aun no ha podido justificarlos en el Ministerio, y también en la orientación llevada adelante durante la toma de Paty, que fue la de permanecer afuera de la planta.

Con este razonamiento los trabajadores de Donnelley estarían en una encerrona, ya que la patronal presentó el recurso preventivo de crisis tratando de legalizar los despidos y las suspensiones, amparándose en un decreto sancionado por una dictadura, hecho a medida de los intereses del conjunto de las patronales.

¡De lo que se trata en estas circunstancias es de ayudar a despojar a los trabajadores del conservadurismo legalista, ya que es la única forma de que lleven sus luchas al triunfo… y no de galopar sobre el mismo!

Otra tendencia dañina del PTS quedó expresada en las resoluciones de su último congreso, que jerarquizó la propaganda mediante un periódico digital y el lanzamiento de las candidaturas para el 2015, perdiendo de vista que antes de llegar a las elecciones el gobierno deberá hacer pasar un ajuste, cuestionado por las luchas obreras y populares, que en la medida en que se desarrollen harán tambalear la estabilidad política, cuestionado la viabilidad de las elecciones.

A todo esto hay que sumarle otro problema: el PTS orienta todos los reclamos hacia el “protestódromo” de Callao y Corrientes con la única finalidad de aparecer en los medios, cuando el centro debería ponerse en afectar la producción de las patronales.

A la cabeza o en la retaguardia de las luchas

Desde nuestro punto de vista la gran ubicación que hoy tienen los partidos de izquierda dentro del movimiento obrero es el germen de la revolución, que tendría que ser jerarquizada como tal.

Por eso, cuando se desarrolla una huelga por salario de un gremio debemos ponernos a la cabeza y no adaptarnos a las tendencias conservadoras de ciertos sectores de la base. Lo contrario a esto han hecho los delegados del PTS de Kraft, que no pudieron parar la fábrica durante la primera parte del plan de lucha por aumento salarial decretado por la burocracia.

El hecho de que dos turnos de Kraft no hayan realizado la huelga -en el marco del paro nacional convocado por la conducción del sindicato- fortalece a la burocracia de Daer. ¡Los activistas clasistas debemos superar los paros acotados e inconsultos luchando más y mejor!

No puede justificarse este retroceso planteando que los compañeros son más “antiburocráticos” que “antipatronales”, ya que el fenómeno antiburocrático nace de la lucha contra la patronal, que si no en vez de antiburocrático se transforma en “antisindical” (por que repudia a la burocracia no luchando).

Por último, y por sobre todas las cosas el debate entre las organizaciones del ESC debería ser de argumentos que sirvan para educar a los trabajadores en los principios del clasismo.

Esto que parece elemental no fue tenido en cuenta por los compañeros del PTS que han impulsado y defendido un ataque personal contra Damián Calci, delegado clasista de Gestamp. El liquidacionismo y las chicanas contra los obreros son conductas que responden a otras clases, no a la nuestra.

Llamamos la atención hacia el conjunto de la militancia del PTS y del clasismo en general acerca de las consecuencias negativas que provocan estas tendencias contrarias a la unidad y la coordinación, que son herramientas fundamentales para derrotar a la patronal y la burocracia.

Por todo esto ratificamos nuestro pedido de que se cumpla la votación del último plenario de ESC de zona norte de poner en pie una mesa de coordinación permanente para apoyar y unificar todos los conflictos.

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