Se abrió una nueva etapa en la lucha de Cresta Roja, ya que
la jueza definió con claridad la política de “ajuste” de Ovoprot, justo el día
en que un numeroso grupo de trabajadores le presentó un plan alternativo,
reclamándole que se comprometa por escrito a garantizar el reparto de las horas
de trabajo y el ingreso de la totalidad de los trabajadores.
Pérez Cazado rechazó este planteo, declarando que los nuevos
operantes se harán cargo de la empresa por el plazo de 180 días hasta concluida
su venta, luego de que la jueza tasara a Cresta Roja por un valor de $ 750.-
millones.
Sin embargo esta cifra no contempla el precio que tendrá a
la hora de la venta, sino que es una base para que Ovoprot calcule sus
honorarios como “operador”; por lo tanto un negocio redondo al servicio de este
grupo empresarial que puede o no quedarse con la compañía.
Además de esto, la jueza les dijo a los trabajadores que cuando
la empresa fuese puesta en marcha no habrá reconocimiento de la antigüedad.
¡Otro negocio para los patrones, que comenzarán de cero con contratos precarios
y sueldos de convenio, muy inferiores a los actuales!
El pago de las liquidaciones, los salarios y aguinaldos
adeudados será resuelto judicialmente, para lo cual el sindicato, STIA -que
hasta ahora se había borrado- puso sus abogados en acuerdo con el cuerpo de
delegados de Planta 2.
La conducción del STIA volvió a aparecer en el escenario, no
para ponerse al frente de la lucha –como le reclamaron durante meses los
compañeros- sino para jugar un papel en la negociación de la Rasic con los
trabajadores.
En la última asamblea la interna de Planta 2 dos les dijo a
los trabajadores presentes que “comenzar a percibir dentro de algunas semanas
el fondo de desempleo” sería beneficioso, ya que a partir del día 22 de febrero
serán dados de baja y “deberán considerarse despedidos”.
Esta situación, sin ningún compromiso firmado sobre la
continuidad de los puestos laborales, le abrió las puertas a Ovoprot para que
tome la cantidad de personal que quiera, e incluso que no tome a nadie si es
que decide contratar nuevos operarios.
Lamentablemente los delegados de Planta 2 no hicieron nada
para revertir esta situación, a la que se llegó por la inexistencia de un verdadero
Plan de Lucha por el reparto de las horas, la continuidad del conjunto del
personal y el mantenimiento de las condiciones laborales actuales.
Según lo manifestado por Ovoprot recién dentro de 45 días
comenzarían a funcionar las plantas de faena, pero bajo las condiciones que la
jueza y los empresarios -con la anuencia de la interna de Planta 2- han fijado:
¡Solo ellos decidirán quienes y de qué manera volverán a trabajar; lo que
significa que la mayoría quedará en la calle y los que “tengan la suerte” de
laburar, lo harán bajo las peores
condiciones!
Durante estos últimos días algunos diarios recogieron las
palabras de los gerentes de Ovoprot, quienes dijeron que “estábamos
presenciando un milagro, ya que debido al nacimiento de los pollitos en las granjas
se habían reincorporado a 400 trabajadores en las tareas de recría,
reproductores y molino de alimento balanceado.”
Estos personajes reivindicaron “el papel del estado como
garante de la ayuda económica de 6.000 pesos que la mayoría cobró hasta ahora”
un pago que ha dejado de existir, ya que según la jueza dicho dinero va a
cuenta de la deuda que Rasic mantiene con sus trabajadores, una verdadera
tomada de pelo al servicio de Milenco .
Desde Convergencia Socialista tenemos la obligación de decir
la verdad: ¡No existe ningún milagro, sino un intento de engatusar a los
compañeros para hacer pasar el despido de la mayoría sin ningún tipo de
resistencia! El sindicato y la interna de Planta 2 son responsables de esta
situación porque no mantuvieron a los compañeros en pie de lucha como
reclamaban las circunstancias!
Hay que volver a convocar asambleas de las dos plantas para
reaccionar frente a semejante atropello, decidiendo un plan de lucha que
involucre a las granjas y los molinos, desde el cual se exija e imponga que ¡No
quede un solo compañero afuera, que ya mismo entren todos a trabajar cobrando
el mismo sueldo que antes!
Que se distribuyan las horas entre todos los operarios y que
el estado –que junto a Milenco fue uno de los grandes responsables de la crisis
de Cresta Roja- se haga cargo de abonar la deuda salarial.
Junto con esto es necesario desarrollar una enorme campaña de
apoyo, la organización de un fondo de lucha, la recorrida a todos los
sindicatos y cuerpos de delegados para que apoyen y la exigencia al STIA de que
se ponga a la cabeza del reclamo.
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